PROYECCIONES DEL SER INTERIOR

Hablando de la Zarza ardiente con la que se encontró Moisés en el desierto…

La Zarza es un reflejo de cómo se sentía en el Ser Interior Moisés, el se veía a sí mismo como un árbol de espinos incapaz de proporcionar la sombra suficiente como para apaciguar a las ovejas del inclemente calor del desierto, pero tenía algo que le hacía diferente y era que las ovejas le requerían en las heladas nocturnas ya que poseía un fuego que le hacía brillar y con el cual calentaba a las que a ella se acercaban.

Y así fue que el hombre que creía que no tenía nada que ofrecer tuvo en su debilidad, en su lenta boca el poder para rescatar a toda una nación del sometimiento a la esclavitud en el que se encontraba aquel pueblo de Israel bajo el látigo Egipcio.

Por ello el se atrevió a mirar en su interior y el celo por liberar a su familia de la cautividad, aquella llama sempiterna se encendió en su interior fue dicha llama la que le daría la fuerza, el coraje necesarios para salvar a los que no se podían salvar…

Así mismo Abraham cuando estuvo a punto de sacrificar a su único hijo, vio como recibió la provisión desde el cielo interior la cual fue aquel carnero trabado por los cuernos en la también zarza, si aquellas espinas presentaron algo que atraería el fuego para aquel sacrificio y salvaría al único, a aquel hijo de la promesa.

Más adelante vemos al nieto de Abraham el cual se llamaba Jacob, quien en su encuentro con su Ser Interior narra que en una visión celestial vio una escalera de la que descendían y ascendían mensajeros del Dios Viviente, esa escalera es la comprensión de sí mismo en la Plenitud de su Ser Interior, también lo vemos en otra ocasión cuando se le ve peleando con el ángel de Jehová en Peniel, fue para entonces que cambio su nombre por Israel cuando venció en aquella pelea a Dios, o sea a el mismo cuando se proyecto su Ser Interior en el varón con el que peleo en Peniel aquella noche.

Cada uno de estos Patriarcas tuvo un intenso y pleno encuentro con su Ser Interior al punto que desde ese instante sus vidas quedaron transformadas, cada vez que proyectaban al Dios Viviente que yace en el interior de ellos, vivían experiencias sobrenaturales que cambiaron su perspectiva de la vida.