DERECHO AL CORAZÓN
(Directo al corazón)
Mi nombre
es Ronald García y soy un ciudadano común en una ciudad peculiar, mi vida gira
alrededor del futbol, por lo general después de mi jornada laboral me preparo
para ir al parque de la Flora a patear el balón con mis amigos, no soy tan
bueno con el balón aunque si trato de serlo con mis amigos, por eso cada vez
que les doy patadas jugando durante el partido corro a mi morral y saco del
mismo una crema fría para los golpes que les propicio, desde luego sin mala intención;
eso sí el agua que llevo en mi morral no la comparto con nadie, porque me
suelen dejar “submarinos en el fondo de la botella” (sobrados), los cuales
desmoralizan mi sed, aunque a veces no falta el atrevido que me pide agua por
lo que me escondo detrás de un árbol para evitar esas situaciones embarazosas
en las que termino diciendo:
“¡No!
Gracias parcero”,
Y ante la
insistencia del julano, le reitero:
“discúlpame,
pero no soy
aguatero de naides”
pero cuando
hablo de atrevidos me refiero a mi gran amigo “River” un descarado sin vergüenza
que jamás lleva agua y con una sonrisa ficticia siempre que me descuido termina
tomándose mi agua, con este avispado mantengo recorriendo la ciudad en bici
para terminar pateando el balón, aunque vale la pena aclarar que el muy bruto
es más malo que yo, y siempre terminó con golpes en mis canillas, y pa’ repeso cuando
se me olvida la crema de los golpes, el sí no lleva ningunas, en fin un día de
esos tantos entre partido y partido sucedió algo inesperado un golpe, una
fractura, el autor del crimen ya saben quién fue!
Bueno,
llegue a urgencias y el medico con una radiografía emitió el veredicto: “¡fractura
de peroné!!”,
Me asuste y
con tristeza le pregunte:
“Medico podré
volver a jugar futbol”
Y la
respuesta del Medico fue categórica:
“Créeme con
la enyesada que te voy a pegar vas a terminar jugando mejor que Messi”.
Messi
En ese
instante me brillaron los ojos…
…Efectivamente
me recupere, me dieron dos meses de incapacidad y volví a jugar aunque no tanto
como dijo el médico pero si jugué mejor que antes…
Al poco
tiempo para ser más exactos después de tres meses, me acorde que tenía un
dinerito que cobrar por la incapacidad y fui a cobrarlo pero la E.P.S. me
respondió:
“Lo siento
pero sus pagos durante los últimos 6 meses fueron ex –temporáneos, por
consiguiente no podemos reembolsarle el dinero de dicha incapacidad”
Entonces
realice un derecho de petición y posteriormente una Tutela por la cual un
abogado me cobro $80.000 pesos, para así yo poder exigir el pago de mi
incapacidad, pero cuando fui a radicar la tutela encontré que el “Palacio de Justicia”
ese día estaba en paro…
Le pregunte
a una de las personas que se encontraban en dicha protesta peculiar, digo
peculiar porque todos los manifestantes estaban cómodamente sentados en sillas
rimax relajados bajo la brisa matutina, la primera persona que encontré fue a
la doctora quien tenía puestas unas costosas gafas de sol y que como los otros
manifestantes tomaba un descanso bajo la sombra, me acerque y le pregunte: ¿Qué
sucede?
A lo que me
contesto:
“Que se
encontraban en paro por que no podían trabajar hasta que el gobierno arregle
los ascensores del recién remodelado palacio de justicia”,
Posteriormente
le pregunte:
Y ¿dónde más
puedo radicar esta tutela?
pero cuando
ella me respondió no le entendí, por lo cual procedí a retirar de mis oídos los
audífonos del ipod, y ella muy gentilmente volvió a repetirme la respuesta,
pero esta vez lo hizo mientras se quitaba de forma delicada sus hermosas gafas
de sol, lo que había debajo de sus gafas era indescriptible, era como si
buceara en el mar de los siete colores hasta llegar al claro lecho marino y
tener la fortuna de llegar justo en el momento preciso en el que una hermosa
ostra se abre ante mis ojos para contemplar en ella las perlas más preciosas de
la Existencia, créanme la impresión fue tal que…
Doctora
…me caí como
condorito de la bici, inmediatamente ella se levantó y me ayudo a incorporarme,
yo estaba colorado de la pena (vergüenza) y mientras yo pensaba en “el oso tan
peludo que acababa de hacer” [modismo que se usa en la ciudad de Cali
(Colombia) para describir una vergüenza épica]
Note como
mi valiosa tutela se sumergía en un charco de agua no tan limpia lo digo porque
era de la lluvia de anoche.
Al ver esto
la doctora exclamo:
“Dios mío”
Pero yo con
astucia disimule mi dolor (digo dolor porque ante mis ojos estaban naufragando
$80.000 pesos que aquí en Colombia es mucho para alguien que gana un sueldo mínimo),
y sonriente le decía a la hermosa doctora freska no hay porque preocuparse,
solo le saco copias a esto y ya está!! (Lo decía mientras sonriente levantaba
las manos como un mago cuando saca el conejo de la chistera!)
en realidad
lo hacía para impresionarla mientras iba levantado aquellas hojas, pero un fuerte ventarrón se burló de mi dejándome con
los crespos hechos, al sentir como me raponeaba (dícese en Colombia cuando
alguien te roba) la tutela, y sin
pensarlo dos veces salí corriendo como un loco detrás de mis papeles gritándole
al viento para que me los devolviera y el ensañado desgraciado más lejos se los
llevaba y como si se tratase de una película de terror vi como de repente mi
tutela explotó en mil pedazos y llovían pedazos de ella por toda la calle, con un
nudo en la garganta por aquella perdida y con la voz entrecortada al estilo Cantinflas
dije: “Tranquila doc, esas tutelas yo las hago fácilmente.”
íoh !¡!
En ese
momento ella con una sonrisa me extendió la mano y dijo:
Mucho Gusto
Katherine.
A lo que yo
le conteste: íoh, íoh, íoh.
Y ella me
miraba como esperando mi respuesta, pero se me había enredado la lengua, y
gracias a unos golpes en el pecho pude exclamar con disimulo:
“Se me
lengua la traba” (lo decía con una sonrisa confiada)
Y me
presenté.
Después me
senté en otra silla rimax junto a ella y conversamos por unos diez minutos,
hasta que el jefe me timbro al celular y gritando me dijo:
¡¡Donde
diablos estas!!
“Te
recuerdo insolente que tu trabajo no se hace solo, ¡no Señor!! o mejor avísame para
prescindir de ti, pedazo de soquete”
En ese
momento tuve que alejar el celular de mi oreja para no quedarme sordo.
Con una
sonrisa, dije:
“Sí, mama
ya te llevo la carne para el sancocho”
(Mientras
lo decía una gota de sudor se escurría por mi sien) esa fue mi coartada ante la
doctora para que no se diera cuenta que quien me gritaba a través del teléfono era
mi jefesito.
Y mirando
el reloj exclamé:
“Las doce
del día, con razón mama está molesta! ya es la hora del almuerzo”
Me despedí
de la doctora con un beso en la mejilla y un apretón de manos y mientras me
alejaba en mi bici volvía a mirarla y ella meneando la mano también se despedía
hasta que un carro freno en seco y quede pálido como quedan las gallinas cuando
las van a meter a la cocina y eso me paso por apresurado como suelen decir mis
amigos:
“De las
carreras no queda sino el cansancio”
Y fue así
que mi corazón quedo flechado con la Profesional en Derecho…Sí, “¡Derecho al
corazón!!”
“…Y todo esto
paso en un día como hoy, de esos pocos en los que la locura de la vida nos hace
pasar un buen rato, digo ¡un muy buen
rato!”
Sus ojos
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