viernes, 3 de febrero de 2012

AMOR INCONDICIONAL


AMOR INCONDICIONAL

Esta es la historia de dos niños que se querían mucho, se llamaban Juan y Jesús, Jesús era hijo de un rico hacendado, que tenía una hacienda especial, esto sucedió en el año 2094, cuando existían pocos lugares así, pues había mucho asfalto por todos lados, Juan era hijo del mayordomo de la hacienda, un día el mayordomo decidió investigar algo extraño que encontró en el prado de la finca y resulto ser la escama de una serpiente, de inmediato llamó a los fumigadores para que buscaran y exterminaran todo animal de esa clase que pudiese estar dentro de la hacienda y así lo hicieron pero no encontraron; entonces el mayordomo mando poner una cerca especial alrededor de la hacienda para evitar que entrasen tales animales, él decidió salir fuera de la hacienda para rastrear evidencias de la serpiente. Su sorpresa fue grande cuando halló un nido con miles de ellas, y de repente una le pico en la mano, tomándola de la cabeza la mató, saliendo presuroso con ella hasta llegar a la hacienda, donde el hacendado que era medico, con sus empleados de inmediato le ayudaron, mientras le daban los primeros auxilios, el médico buscaba el antídoto de la serpiente muerta que había traído el mayordomo, y lo encontró, pero ya era demasiado tarde, el papa de Juan había muerto.


Después de esto el hacendado tomo medidas extremas y puso dos robots incineradores en la salida de la hacienda, para que si tratasen de entrar esas serpientes que eran las más venenosas que existían en ese entonces, fuesen incineradas con el fuego que salían de los robots, de allí en adelante el padre de Jesús, dio la orden de que nadie podía salir de la hacienda a pie, solo en auto, y los robots habían sido programados con una clave secreta por él, para que nunca nadie los desactivará, solo con la clave se haría si fuese necesario; Pero el niño Juan al ver una culebra a cierta distancia fuera de la finca tomo un palo y salió a golpearla, haciendo caso omiso de la advertencia, se encontraba a ocho metros de la salida y la serpiente lo pico dejando a Juan en profunda agonía, al divisar Jesús a su amigo tendido en el suelo y ver a la serpiente alejarse de su cuerpo, fue corriendo a tomar el antídoto y la jeringa para salvar a su amigo Juan, pero existía un problema si cruzaba por la puerta con el antídoto que contenía el ADN de la serpiente, los robots responderían quemando al portador del antídoto, pues todo fue tan rápido que no había tiempo para ir a desactivar los robots, Jesús sabía del peligro que corría al pasar por aquella salida, pero si no lo hacía Juan moriría, tenía que elegir era él o Juan, y salió corriendo tan rápido como pudo, pero no lo fue tanto porque los robots apenas lo detectaron quemaron sus espaldas, Jesús se lanzo al suelo y arrastrándose en medio del crudo dolor, inyecto a su amigo el antídoto, 
el cual lo resucito, y cuando Juan abrió los ojos vio a Jesús incinerado con la jeringa en sus manos, fue entonces que se dio cuenta de que él lo había salvado y lloro besando sus quemadas y ensangrentadas manos, y con desespero clamo: auxilio, el padre de Jesús se dio cuenta de lo que había acontecido y al llegar al lugar miraba el cuerpo irreconocible de su hijo, Juan le clamaba con el corazón diciendo: Haga con la tecnología de hoy en día un cambio de mentes, póngala de él en mi cuerpo y la mía en el suyo, para que su hijo viva, se lo suplico, yo sé que no será lo mismo pues su cuerpo era atlético y apuesto y el mío en cambio es debilucho y feo, el padre asintió y el intercambio de mentes se realizo, y desde ese día en adelante cuando Jesús esta ante el espejo, mira el cuerpo de Juan y se abraza a si mismo fuertemente como si sus brazos fuesen una camisa de fuerza, y con lagrimas de agradecimiento, exclama: ¡Oh, mi Juan!



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