EL DÍA DE LA CONQUISTA
Un día me encontraba azarado por el calor que
hacía, en medio del desespero le pedí a Jesús que me sacara de este horno
ardiente en el que me encontraba algo similar vivieron los Israelitas en
Egipto, acosado por la fatiga de trabajar para comer y comer para trabajar en
una vida sin propósito así me encontraba anhelando escapar a otro mundo, uno
mejor, donde no exista el mal.
De repente hubo un destello de luz en el
firmamento anunciando que algo apoteósico estaba por ocurrir, vimos entonces como
muchas personas se encontraban levitando, llevadas por algo, por una fuerza
hacia las nubes que surcaban bien lejos en el cielo, para terminar
desapareciendo, fueron unos ovnis que se llevaron a la población que tenía en común
algo “nobleza pura” estas personas fueron llevadas al cielo y transportadas a
un lugar donde no correrían peligro de los vientos de la Tercera Guerra Mundial
que se precipitaban sobre la humanidad, llegaron a un lugar especial donde el
Gozo era simplemente espectacular, es allí que en medio de aquella fiesta, el anfitrión
dice: Es momento que volvamos a la tierra y tomemos posesión de nuestra Sagrada
Herencia, debemos combatir contra todos los seres humanos que se han contaminado
del mal, y despojarlos de sus vidas para que podamos reinar en paz.
En ese instante alza su mano derecha y le
dice al anciano de días que vive por los siglos de los siglos: “que la
conquista ha comenzado ¡ya!”
Empezaron a subir a unas naves espaciales las
cuales producían un camuflaje en forma de nubes y empezaron a descender hacia la tierra y descendieron en Palestina para ser
más exactos en el Monte de Getsemaní donde nuestro Señor Jesús sufrió por
salvar a la humanidad, y empezó la famosa batalla del Armagedón donde aquellos
seres que fueron llevados con armaduras de luz se manifestaron para pelear contra las huestes militares mundiales,
para que así al final de aquella gran guerra, la humanidad descanse en paz del
mal, y todos los seres humanos que habían sido llevados por dichas naves y poseían
las armaduras de luz fueron guiados hacia el polo sur, en aquel lugar se encontró
la famosa apertura Polar – Sur, por dicha abertura entraron las personas que
fueron llevadas y encontraron un paraíso, un lugar hermoso de bastas praderas
verdes y ríos de agua dulce, Grandes árboles frutales con sus grandes frutos, y
animales que se creyeron extintos, aquel formidable paraíso fue colonizado por
esta humanidad de luz y vivieron felices para siempre para que se cumpla lo que
está escrito y “Dios hizo nueva tierra y cielos nuevos donde habiten la
justicia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario