jueves, 20 de marzo de 2014

Deja vû


Deja vû



El placer de desperezarnos que sentimos un domingo en la mañana en el que no echamos de menos el tiempo, ni nos importan las reglas ya, en aquel momento de lybertad natural, donde desnudos nos encontramos ya en la satisfacción de aceptarnos tal como estamos en medio de la soltura de la fragancia Natural de nuestros cuerpos con la entera lybertad de caminar por el jardín y abrazados vueltas dar y al escuchar tu risa placentera la mía se confunde con la tuya en el éxtasis de vivir en un paraíso sin fin, en el que las estrellas campesinas nos sonríen con sus destellos y en las llanuras nos perdemos corriendo y corriendo libres como hojas que lleva el viento, 

sin brújula no sabemos, ni nos interesa saber que será o que vendrá tan solo disfrutarte al llevar tu mano mientras volamos y volamos y entre los arboles nos enredamos disfrutando sus fragancias a pinos sylvestres, 

y cuando tomamos una jugosa manzana roja nuestra sed con su néctar saciamos y caminando en el césped del bosque tenuemente nos erigimos y al entrar en nuestra cabaña, la arepa se calienta y donde aquel aroma de la comida recién cocida se ve pavonearse sobre ella, la mordemos y sabemos que el sabor autóctono del campo y su queso en nuestro paladar disfrutamos y al vernos otra vez, solo nos sonreímos por saber que por fin felices fuimos, y descalzos corrimos como dos niños hasta el río en el que nos chapuceamos y al saltar de entre las aguas sylvestres sentir tus pies, tu piel, tu cabello mojado como se levanta sobre tu curvada espalda con tu piel blanca, rosada y suave mientras una risa de placer veo sonreír en tu Ser y en mis manos te sostengo



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