martes, 28 de enero de 2014

DERECHO AL CORAZÓN

DERECHO AL CORAZÓN
(Directo al corazón)



Mi nombre es Ronald García y soy un ciudadano común en una ciudad peculiar, mi vida gira alrededor del futbol, por lo general después de mi jornada laboral me preparo para ir al parque de la Flora a patear el balón con mis amigos, no soy tan bueno con el balón aunque si trato de serlo con mis amigos, por eso cada vez que les doy patadas jugando durante el partido corro a mi morral y saco del mismo una crema fría para los golpes que les propicio, desde luego sin mala intención; eso sí el agua que llevo en mi morral no la comparto con nadie, porque me suelen dejar “submarinos en el fondo de la botella” (sobrados), los cuales desmoralizan mi sed, aunque a veces no falta el atrevido que me pide agua por lo que me escondo detrás de un árbol para evitar esas situaciones embarazosas en las que termino diciendo:

“¡No! Gracias parcero”,

Y ante la insistencia del julano, le reitero:

“discúlpame,
pero no soy aguatero de naides”

pero cuando hablo de atrevidos me refiero a mi gran amigo “River” un descarado sin vergüenza que jamás lleva agua y con una sonrisa ficticia siempre que me descuido termina tomándose mi agua, con este avispado mantengo recorriendo la ciudad en bici para terminar pateando el balón, aunque vale la pena aclarar que el muy bruto es más malo que yo, y siempre terminó con golpes en mis canillas, y pa’ repeso cuando se me olvida la crema de los golpes, el sí no lleva ningunas, en fin un día de esos tantos entre partido y partido sucedió algo inesperado un golpe, una fractura, el autor del crimen ya saben quién fue!


Bueno, llegue a urgencias y el medico con una radiografía emitió el veredicto: “¡fractura de peroné!!”,

Me asuste y con tristeza le pregunte:

“Medico podré volver a jugar futbol”

Y la respuesta del Medico fue categórica:

“Créeme con la enyesada que te voy a pegar vas a terminar jugando mejor que Messi”.


Messi


En ese instante me brillaron los ojos…

…Efectivamente me recupere, me dieron dos meses de incapacidad y volví a jugar aunque no tanto como dijo el médico pero si jugué mejor que antes…

Al poco tiempo para ser más exactos después de tres meses, me acorde que tenía un dinerito que cobrar por la incapacidad y fui a cobrarlo pero la E.P.S. me respondió:

“Lo siento pero sus pagos durante los últimos 6 meses fueron ex –temporáneos, por consiguiente no podemos reembolsarle el dinero de dicha incapacidad”

Entonces realice un derecho de petición y posteriormente una Tutela por la cual un abogado me cobro $80.000 pesos, para así yo poder exigir el pago de mi incapacidad, pero cuando fui a radicar la tutela encontré que el “Palacio de Justicia” ese día estaba en paro…

Le pregunte a una de las personas que se encontraban en dicha protesta peculiar, digo peculiar porque todos los manifestantes estaban cómodamente sentados en sillas rimax relajados bajo la brisa matutina, la primera persona que encontré fue a la doctora quien tenía puestas unas costosas gafas de sol y que como los otros manifestantes tomaba un descanso bajo la sombra, me acerque y le pregunte: ¿Qué sucede?

A lo que me contesto:
“Que se encontraban en paro por que no podían trabajar hasta que el gobierno arregle los ascensores del recién remodelado palacio de justicia”,

Posteriormente le pregunte:

Y ¿dónde más puedo radicar esta tutela?

pero cuando ella me respondió no le entendí, por lo cual procedí a retirar de mis oídos los audífonos del ipod, y ella muy gentilmente volvió a repetirme la respuesta, pero esta vez lo hizo mientras se quitaba de forma delicada sus hermosas gafas de sol, lo que había debajo de sus gafas era indescriptible, era como si buceara en el mar de los siete colores hasta llegar al claro lecho marino y tener la fortuna de llegar justo en el momento preciso en el que una hermosa ostra se abre ante mis ojos para contemplar en ella las perlas más preciosas de la Existencia, créanme la impresión fue tal que…


Doctora

…me caí como condorito de la bici, inmediatamente ella se levantó y me ayudo a incorporarme, yo estaba colorado de la pena (vergüenza) y mientras yo pensaba en “el oso tan peludo que acababa de hacer” [modismo que se usa en la ciudad de Cali (Colombia) para describir una vergüenza épica]

Note como mi valiosa tutela se sumergía en un charco de agua no tan limpia lo digo porque era de la lluvia de anoche.

Al ver esto la doctora exclamo:

“Dios mío”

Pero yo con astucia disimule mi dolor (digo dolor porque ante mis ojos estaban naufragando $80.000 pesos que aquí en Colombia es mucho para alguien que gana un sueldo mínimo), y sonriente le decía a la hermosa doctora freska no hay porque preocuparse, solo le saco copias a esto y ya está!! (Lo decía mientras sonriente levantaba las manos como un mago cuando saca el conejo de la chistera!)

en realidad lo hacía para impresionarla mientras iba levantado aquellas hojas, pero  un fuerte ventarrón se burló de mi dejándome con los crespos hechos, al sentir como me raponeaba (dícese en Colombia cuando alguien te roba) la tutela, y  sin pensarlo dos veces salí corriendo como un loco detrás de mis papeles gritándole al viento para que me los devolviera y el ensañado desgraciado más lejos se los llevaba y como si se tratase de una película de terror vi como de repente mi tutela explotó en mil pedazos y llovían pedazos de ella por toda la calle, con un nudo en la garganta por aquella perdida y con la voz entrecortada al estilo Cantinflas dije: “Tranquila doc, esas tutelas yo las hago fácilmente.” 


íoh !¡!

En ese momento ella con una sonrisa me extendió la mano y dijo:

Mucho Gusto Katherine.

A lo que yo le conteste: íoh, íoh, íoh.

Y ella me miraba como esperando mi respuesta, pero se me había enredado la lengua, y gracias a unos golpes en el pecho pude exclamar con disimulo:

“Se me lengua la traba” (lo decía con una sonrisa confiada)

Y me presenté.

Después me senté en otra silla rimax junto a ella y conversamos por unos diez minutos, hasta que el jefe me timbro al celular y gritando me dijo:

¡¡Donde diablos estas!!

“Te recuerdo insolente que tu trabajo no se hace solo, ¡no Señor!! o mejor avísame para prescindir de ti, pedazo de soquete”

En ese momento tuve que alejar el celular de mi oreja para no quedarme sordo.

Con una sonrisa, dije:

“Sí, mama ya te llevo la carne para el sancocho”


(Mientras lo decía una gota de sudor se escurría por mi sien) esa fue mi coartada ante la doctora para que no se diera cuenta que quien me gritaba a través del teléfono era mi jefesito.

Y mirando el reloj exclamé:

“Las doce del día, con razón mama está molesta! ya es la hora del almuerzo”

Me despedí de la doctora con un beso en la mejilla y un apretón de manos y mientras me alejaba en mi bici volvía a mirarla y ella meneando la mano también se despedía hasta que un carro freno en seco y quede pálido como quedan las gallinas cuando las van a meter a la cocina y eso me paso por apresurado como suelen decir mis amigos:
“De las carreras no queda sino el cansancio”

Y fue así que mi corazón quedo flechado con la Profesional en Derecho…Sí, “¡Derecho al corazón!!”

“…Y todo esto paso en un día como hoy, de esos pocos en los que la locura de la vida nos hace pasar un buen rato, digo ¡un  muy buen rato!” 


Sus ojos

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